Víctor Álvarez R. / Premio Nacional de Ciencias
¿Cuánto
petróleo produce EEUU y cuántas reservas le quedan?
EEUU
es el principal productor de petróleo en el mundo con 13,6 MMBPD, pero a ese
ritmo tiene reservas para apenas 10 años.
A pesar del crecimiento de las energías renovables, los
combustibles fósiles cubren más del
70% del consumo energético mundial. Más allá de 2050,
los hidrocarburos seguirán siendo relevantes. Por eso, a EEUU -que le quedan
tan pocas reservas- le urge controlar nuevos yacimientos de hidrocarburos que
le garanticen un suministro estable y seguro mientras el petróleo tenga un peso importante en la matriz
energética global.
El nuevo mapa energético mundial
En
el Informe de McKinsey
Perspectiva Energética 2025[1] se
estima que el consumo
total de energía del planeta se estabilizará hacia el final de esta década,
impulsado por mejoras tecnológicas y una mayor eficiencia en los procesos
industriales. Hasta el 2030, el crecimiento promedio anual de la demanda caerá
del 1,6% al 0,3%, y hacia 2030 podría comenzar un descenso paulatino.
La demanda de electricidad se
duplicará y pasará de representar el 20% de la energía final consumida en 2025, a más del 50% en
el año 2050. La electrificación
del transporte será uno de los motores principales: hacia
2040, siete de cada
diez autos nuevos vendidos serán eléctricos, y la logística
pesada (camiones, trenes, barcos) incorporará progresivamente sistemas híbridos
o impulsados por hidrógeno. La IA
y los centros de datos también presionarán el aumento de
la demanda de electricidad: se prevé que el consumo eléctrico asociado al
cómputo en la nube y a la inteligencia artificial crezca un 160% hacia 2030, lo que
obliga a repensar la planificación energética global.
La
digitalización, la automatización industrial y la eficiencia de los motores
eléctricos reducirán el consumo de energía por unidad de PIB. Las energías renovables,
especialmente la solar y la eólica, liderarán la expansión. La energía solar será la tecnología
dominante, multiplicando por seis su capacidad instalada
actual, mientras que la eólica duplicará la suya. Pero sin energía accesible y
financiable, no hay transición energética global posible y en muchos países se
mantendrá el uso de combustibles fósiles.
¿Cuál
es la tendencia en el uso de combustibles fósiles?
A
pesar del crecimiento de las energías renovables, los combustibles fósiles aún
cubren el 78% del
consumo mundial y mantendrán un peso importante en las próximas
dos décadas. El petróleo
seguirá siendo clave para el transporte pesado, la aviación y la petroquímica,
con una demanda que comenzará a caer después de 2035.
El
pico de demanda no significa el fin de la energía fósil, sino una
redistribución estructural hacia fuentes más limpias y sistemas más eficientes.
Los hidrocarburos en general seguirán siendo relevantes -incluso después de 2050-,
con el gas natural
como una energía puente en regiones dependientes del
carbón como Asia y Europa del Este que buscan reducir emisiones sin perder
competitividad.
El
gas representará cerca del 22%
de la matriz energética mundial mientras que el carbón continuará su declive
estructural. Se prevé que su participación en la generación eléctrica global
caerá del 24% actual
a menos del 8% en 2050.
¿Lucha contra el narcotráfico
o excusa para controlar las reservas de petróleo más grandes del mundo?
Al talante autoritario de Trump no le
mueve la restauración de la democracia ni la defensa de DDHH, sino el control
del petróleo y minerales. En su visión mercantilista y empresarial, cualquier
acuerdo debe garantizarle el control sobre estos recursos. En un video que
circuló ampliamente por las RRSS, Trump se lamenta por no haber derrocado a Maduro
en su primer gobierno y tomado el control del petróleo.
Este interés por controlar las reservas
de petróleo y minerales no es nuevo. En 2019, Trump mantuvo soldados en Siria buscando
que EEUU se quedara con el control del petróleo y gas, y criticó que -tras la
invasión a Irak en 2003-, no se tomara el control de los campos petroleros. A Zelenski
le exigió pagar con minerales ucranianos el apoyo recibido en la guerra contra
Rusia. Trump también quiere apropiarse de Groenlandia para explotar las
reservas de petróleo y tierras raras que se utilizan en la industria militar y
de alta tecnología. El interés de Trump ahora es mayor porque China -que controla
70% de la producción y 90% del procesamiento de estos recursos- anunció
restricciones a las exportaciones de tierras raras, ampliando así los controles
sobre el uso de estos recursos estratégicos.
A
Trump le interesa cortar los vínculos económicos de Venezuela con China, Rusia
e Irán. Pero debe medir muy bien las consecuencias de forzar un cambio de
régimen con la excusa de la lucha contra el narcoterrorismo. Los ataques
letales contra embarcaciones de Venezuela, Colombia, México, y la amenaza de
ataques internos pueden ser el detonante de un conflicto regional que agrave
los cuellos de botella en el suministro de petróleo y minerales.
A
diferencia de las tensiones y conflictividad en el Medio Oriente, Sudamérica y
El Caribe son una región de paz y bajo riesgo geopolítico. Pero un ataque de
EEUU a objetivos en Venezuela y Colombia puede ser el detonante de una espiral
de violencia regional con atentados a oleoductos, tanques y muelles que puede
poner en peligro el suministro estable del petróleo y minerales que EEUU necesita.
¿Vale la pena forzar un cambio de
régimen cuando el mismo Trump confirmó la información que reveló The New
York Times sobre emisarios de Maduro que ofrecieron garantizarle a
EEUU un suministro seguro de petróleo y minerales sin que tenga que disparar un
tiro? ¿Cuáles serían las consecuencias?
Si Trump fracasa en una operación
quirúrgica para capturar a Maduro y
ordena la retirada de la movilización militar sin precedentes que desplegó en
El Caribe, el costo político que puede pagar en las elecciones a mitad
de período de 2026 le puede resultar ruinoso e impagable. Pero Trump puede anticiparse
y controlar esos daños si retoma la vía diplomática y negocia con Maduro una
solución política y pacífica de este conflicto y evitar que Venezuela se hunda
en una espiral de violencia que se sabe cuándo comienza, pero no cuándo termina.
[1]
Perspectiva Energética Mundial 2025. https://www.mckinsey.com/industries/energy-and-materials/our-insights/global-energy-perspective

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